Por Daniel Acirón
Una velada con Dean Fraser como maestro de ceremonias. El veterano saxofonista de Kingston fue el encargado de presentar en la Sala Heineken de Madrid a las nuevas generaciones del reggae. Duane Stephenson, I Octane y el plato fuerte Tarrus Riley decidieron juntarse el pasado viernes día 28 de enero sobre un mismo escenario con una única intención: divertirse tocando música.
Con un retraso motivado por un cambio de hora en la apertura de puertas los miembros de la banda, Black Sign, acabaron subiendo a la tarima pasadas las diez de la noche. Ataviados todos ellos con gorros y bufandas se les veía indefensos ante un frio desconocido, frío contra el cual solo podían luchar agarrando sus instrumentos. Y así lo hicieron, los dos teclistas, el percusionista, el baterista, el guitarrista y el bajista comenzaron a improvisar junto a Dean Fraser. Despertado el respetable y calientes los músicos se oyó cantar la primera voz, una de las coristas disfrutó de su momento de gloria.
De seguido Duane Stephenson atacó con su melodiosa voz y sus letras profundas. Centrado en el roots contó con seis temas para demostrar como se desenvuelve en el escenario un escritor de canciones, un comunicador de injusticias. El sonido se encrudece mientras se oye la voz de I-Octane que permanece entre las cortinas. Curtido en los pequeños escenarios I-Octane supo sacarle jugo a la Heineken a base de ragga, energía y agresividad positiva.
La percusión aparece con fuerza y Dean Fraser extiende la alfombra roja a The Lion. Tarrus Riley era al que todos esperaban. Sonriente y entusiasmado con lo que a sus pies se encuentra Riley tendió la mano al público y miró a los ojos a cada uno de los asistentes. Con una banda perfectamente engrasada y con un saxofonista sobresaliente al cantante le queda echar el resto. Y lo echó ,sin lugar a dudas, moviendose del rocksteady al roots más puro, haciendo un repaso a su último disco Contagious con «Living The Life Of A Gun» o «I Sight» y a discos anteriores con»She´s Royal» y «Microchip». A todo esto hay que sumar dos momentos geniales, el primero dedicado a la majestuosa versión del «Human Nature» del fallecido Jackson, escuchandola en directo a cualquiera se le ponen los pelos de punta. Y el segundo cuando Riley dejó a sus tres coristas, dos mujeres y un hombre, probar a entonar el final de «Stay With You». Dean Fraser también quiso probar y acabo enfrentandose en un duelo de fraseos en el que consiguió llegar con su saxo a todas las tonalidades.